El primer paso será encender una vela blanca en un sitio de la casa donde mas os reunáis...así mismo procederemos a abrir todas las ventanas y a encender incienso liturgico (en resina), y lo pasaremos por todos los rincones de la casa desde dentro hacia afuera. Ojo, sin dejarnos ninguna habitación atrás. Mientras hacemos esto, iremos rezando esta oración:
Padre Todopoderoso,
Creador del Cosmos Infinito,
Tú que nos dijiste:
“Con sabiduría se edifica una casa y con prudencia se afianza”
Hoy te ruego que bendigas este hogar,
Que lo colmes de tu Gloria eterna,
Y que tu aliento justo,
Espante el infortunio y el lamento.
También te requiero,
Oh Bondadoso Todopoderoso,
Para que alejes la guerra, el ataque y el ladrón,
Y que quien entre quede glorificado por tu luz.
Creador Amoroso,
Tú que eres Eterno,
Arrasa la negatividad de esta casa,
Y Afianza la Alegría, el Amor y la Paz.
Grande Señor,
Eterno como el Universo,
Infinito como el Sol,
Purifica este Hogar Ahora, Hoy y Siempre.
Este ritual se hará a la luz del día, y cuando se termine nuestra vela blanca, la sustituiremos al día siguiente por una vela de miel en el mismo lugar que la anterior.
Repetir durante tres o nueve lunes seguidos...dependiendo de la situación.
Mil bendiciones desde El Buda DE LA Fortuna